En la piscina

Una noche de verano, ella trabajaba en su estudio.
Quería dejar listo un artículo para publicarlo al día siguiente y se había pasado toda la tarde eligiendo las fotos que le fueran como complemento. Fotos calientes para un artículo caliente.
Solo llevaba puesto una camiseta y las braguitas y aún así estaba sudando y con mucho, mucho calor.

Necesitaba hacer una pausa. No solo quería refrescar su cuerpo sino también su mente.

Conforme salía de su cuarto se iba quitando ropa, estaba sola y tenía toda la casa para ella.
Salió al jardín y llegó al borde de la piscina.

El agua estaba quieta y oscura, tan solo iluminada por la luz de la luna.
Se fue metiendo en el agua poco a poco, notando como le iba refrescando todas las partes de su cuerpo. 
Así se pasaba el sudor pero el calentón de ver fotos subiditas de tono, no. Estaba sola, desnuda y caliente y necesitaba más.
Se sentó en los peldaños de la escalera de la piscina y se recostó cubriéndole medio cuerpo el agua.
Empezó a mecerla con una mano mientras con la otra recorría su cuerpo con suaves caricias.
Su mano se detuvo en uno de sus pezones y comenzó a estirarlo, con fuerza, retorciendo con los dedos.
Luego el otro pezón. Estaban muy sensibles.
Las piernas las tenía abiertas dejando que el agua la bañara. Puso su mano entre ellas y se acarició con movimientos suaves. 
Estaba muy excitada imaginándose que sus manos eran las manos del hombre de sus fantasías,  que la recorrían toda y se detenían en donde más lo necesitaba.
Su cuerpo le pedía movimientos más fuertes y rápidos y alcanzó el éxtasis escapándosele un gemido.
Se sumergió entera en el agua, nadando un rato y salió envolviéndose rápidamente en una toalla.
Ahora ya podía dormir tranquila.